- Delfina , su deuda con los precursores de la izquierda en tierras mexiquenses.
- Se le ve más cerca de sus antecesores priistas que de los luchadores sociales víctimas del viejo régimen .
- Tratar de instaurar un gobierno mexiquense de izquierda labor titánica que debe de procurar la maestra .
El pasado lunes -se analizó ayer aquí- Delfina Gómez Álvarez, cumplió cuatro de los 72 meses que está destinada a gobernar tierras mexiquenses y , la verdad , no ofrece indicios claros, hasta el momento , de instaurar un régimen de izquierda como lo prometieron sus impulsores desde que la maestra se perfiló como aspirante a suceder al priista , Alfredo Del Mazo Maza .
Además de las peculiaridades que la misma Gobernadora ha dibujado para su primer año al frente del Ejecutivo estatal que comprende del 15 de septiembre del 2023 al mismo mes y día del 2024 , queda a deber la adecuación de su gabinete , mismo que excluye a hombres y mujeres que por años , trienios , quinquenios , toda su vida lucharon por combatir al viejo régimen anquilosado en lo que ellas y ellos denominaron como “PRI-Gobierno”.
Fueron tiempos larguísimos de lucha con severas consecuencias en contra :
1.- Represión.
2.- Marginación .
4.- Expulsión .
5.- Censura , y
6.- Castigos de toda índole .
Para todos aquellos y aquellas que combatieron corrupción y abusos de poder contracorriente y con ello abrir paso al actual gobierno que encabeza Delfina Gómez Álvarez y cuyas luchas no están reflejadas en la estructura de la nueva administración mexiquense que dista mucho de perfilarse como de izquierda .
Esos luchadores y luchadoras sociales en el oriente , poniente , norte , centro y sur mexiquense pareciera no son valorados por el grupo de gobierno actual en el poder mexiquense.
En su oportunidad, antes de que Delfina Gómez Álvarez arribara a Palacio estatal de Gobierno , se analizó en este espacio lo siguiente:
Andrés Manuel López Obrador de ningún manera es hoy por hoy un ideólogo de la izquierda en México, quien lo quiera ver así se equivoca en extremo , más bien el presidente de la República se cubre con el manto de la representación electoral , pero no con sustancia tendría la representación popular que tanto pregona con el discurso del “pueblo bueno” , que de no tener cuidado, esa fraseología, a fuerza de su insistencia, lo deslizará hacia cierto tufillo de populismo que no abona al progreso sostenido de la región ni del país .
Hace bien el presidente de México en tratar de debilitar a lo que él llama sus opositores conservadores y neoliberales , pero hace mal en no fundamentar con profundidad esas ideologías denostadas cada mañana desde Palacio Nacional , abriendo con ello la posibilidad de que al concluir lo que le resta al frente del poder presidencial , se le catalogue como un político que no supo hilar las ideologías lastimadas en su propia voz con fundamentos que lo identifiquen como ideólogo o gran líder para la posteridad.
Difícil que Andrés Manuel López Obrador, por sus limitaciones intelectuales, pueda dilucidar entre lo que precedió a la izquierda actual -el fracaso del comunismo- y sus circunstancias .
El comunismo concluyó categórico su ciclo como fenómeno de pasión de masas y como cultura capaz de capturar algunas de las mentes más provocativas , tal como en el pasado ocurrió con el alemán Walter Benjamin (1892-1940), con el francés Jean Paul Sartre (1905-1980), con el ruso Vladimir Maiakovski (1893-1930) , con el italiano Pier Paolo Pasolini (1922-1975), con el chileno Pablo Neruda (1904-1973) o con el chino Lu Xun (1881-1936), por solo mencionar algunos nombres.
El protagonismo cultural y político que el comunismo -precedente a la actual izquierda- jugó en el siglo XX se ha agotado . No fue fácil seguir siendo jacobinos después de la guillotina como espectáculo público de virtud revolucionaria; de la misma manera , no es fácil seguir siendo comunista después del Gulag , el terror de Estado , la doctrina oficial y la censura , entre otros .
El comunismo – anterior a la nueva izquierda- prometió convertir los derechos civiles legalmente reconocidos en derechos sociales más amplios e impulsar la economía y la tecnología más allá de los límites alcanzados por el capitalismo . Un doble fracaso .
Sería incómodo insistir en que Andrés Manuel López Obrador, en el contexto de su supuesta postura de izquierda que a diario provoca a “conservadores” o “derechistas” , no sería capaz de sostener un debate ideológico en el sentido de que la diferencia entre comunismo y comunistas -antes de la ya señalada nueva izquierda que intenta pregonar el presidente de la República- los segundos, comunistas, estuvieron del lado de la República española , combatieron a los nazis en diversas partes de Europa y protagonizaron importantes batallas de ampliación de derechos en varios países antes y después de la Segunda Guerra Mundial, para no mencionar las luchas contra sucesivas presencias extranjeras en Vietnam o como parte del movimiento estudiantil de 1968 .
No es pues , intención de esta columna , extender las torpezas de lo que se hace y se dice en nombre de la ideología de izquierda , pero sí animar a la reflexión en el sentido de que un gobierno basado en reales posturas de izquierda representa cierta oportunidad de romper el gran paradigma amalgamado por más de 90 años con el acumulamiento de poder por el poder que tanto dañó a los menos beneficiados del sistema de gobierno impuesto durante dicho tiempo por un puñado de beneficiarios únicos .
Por eso no debe ser ocioso decir que a cuatro meses de ejercer el poder mexiquense, la gobernadora , Delfina Gómez Álvarez, margina a los precursores de su éxito en las urnas sin los cuales no estaría en la silla principal de Lerdo Poniente 300 .
(Foto: tomada de internet)